Книга «Монстр рока» (А2)



libro-monstruo

 El monstruo del rock. (nivel A2)

Capítulo 1

—¡Guillermo!, ¿estás con el ordenador?
—Sí, mamá.
—¿Estás estudiando?
—Estoy con el ordenador.
—Nosotros nos vamos a dormir. Mañana tienes que levantarte
a las seis, recuerda.
—¡Vale!
—A las ocho tienes que estar en la estación…
Guillermo está en su habitación, navegando por Internet. No se
separa de la pantalla. Ha entrado en la página de BilboGazteRock,
el festival para jóvenes de música, teatro y danza de Bilbao. Está
buscando información sobre Lucky Arroba, ídolo de la juventud que
cerrará el festival. Guillermo es fan de Lucky Arroba, por eso en
su habitación hay algunos pósters del cantante y todos sus CD. El
chico continúa navegando por la red. Teclea unas palabras…
En aquel momento su madre entra en la habitación.
—Un beso, cariño… —dice.

1-BilboGazteRock: palabra vasca que significa Bilbao-juventud-Rock. En el país
vasco, cuya mayor ciudad es Bilbao, se habla el vasco, uno de los cinco idiomas
oficiales de España junto con el castellano, el catalán, el gallego y el aranés.
2-póster: cartel que se fija en la pared. Los jóvenes suelen colgar pósters de sus
ídolos en las paredes de su habitación.
3-cariño: palabra afectuosa para dirigirse a alguien. Se utiliza en el ámbito
familiar para dirigirse a los niños o entre los miembros de una pareja.

—Buenas noches, mamá…
Su padre también entra en la habitación. Guillermo se vuelve y le
mira. El chico tiene quince años. Su cabello pelirrojo le cae sobre la
frente y le da un aire un poco infantil.
—Buenas noches, Guille —dice.
—Buenas noches…
—¿Ya has preparado la mochila? —le pregunta.
—Sí, ya la tengo lista.
—Te he puesto un bocadillo en la mochila —dice su madre—,
para el tren.
—Gracias, mamá…
—¿Y el paraguas? ¿Lo has cogido? En Bilbao llueve mucho.
—Sí, también lo he puesto en la mochila.
—Después de desayunar, papá te acompañará a la estación…
—¡Vale!
El chico continúa navegando, moviendo el ratón y tecleando con
rapidez. Finalmente encuentra algo sorprendente.
—¡Uauu! —exclama— ¡Es increíble!
Guillermo continúa concentrado en la pantalla.
—¡¡Qué bueno!!
En aquel momento, su teléfono móvil empieza a sonar. Guillermo
lo busca entre los papeles de su escritorio, pero no está allí.
Finalmente, se levanta y lo encuentra debajo de un jersey, en una
silla al lado de la cama.
—¡Hola Mónica! —dice, contestando.
—Guille, ¿estabas durmiendo?
—No, estoy en el ordenador.
—¿Ya has bajado la información del festival?
—No, todavía no. Ahora la voy a bajar y después la imprimo.
Mañana la tendréis.

4-Bilbao: capital de Vizcaya. Es una de las ciudades más importantes de España
y la más grande del País Vasco. Está situada al norte del centro de España.
5-festival: conjunto de fiestas o actuaciones artísticas o deportivas.

—¡Vale! ¡Hasta mañana!
—Sí… Oye, Mónica, ¿sabes si en Bilbao hay un local que se
llama El monstruo del rock?
—¿El monstruo del rock? No lo sé. ¿Por qué lo preguntas?
—No, por nada, por nada…
Durante un rato Guillermo está pensando. ¿Y si lo hago? ¿Y si
voy…?
Finalmente, cuando se acuesta y apaga la luz de la mesita de
noche, el chico ya ha tomado una decisión.

Capítulo 2

—Billetes, por favor.
El revisor se acerca al asiento de los chicos.
—Tenga…
—Gracias.
El revisor continúa su recorrido.
—Billetes, por favor…
Guillermo, Mónica, Sergio y Martín están sentados en el tren que
va a Bilbao. El tren acaba de salir de la estación de Renfe en Sants
y ahora está pasando por los alrededores de Barcelona, atravesando
un polígono industrial de las afueras de la ciudad.
—He hablado con Laura —dice Sergio.
—¿Y cómo está?
—¡Muy bien! Ayer estuvieron ensayando todo el día.
Sergio es un chico de unos dieciséis años, de pelo negro y lleva
gafas. Es argentino, pero vive en España desde los seis años.
—Vamos a comer con Laura ¿verdad? —pregunta Mónica.
—No creo, van a estar ensayando todo el día.
—Me gusta aquella canción que tocan —dice Martín.

1-revisor: en los ferrocarriles y otros medios de transporte, es la persona encargada
de comprobar que cada viajero lleva su billete.
2-estación de Renfe de Sants: la principal estación de trenes de Barcelona es
la Estación de Sants, situada hacia el sur del centro de la ciudad. Renfe es el
acrónimo de Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles.

—¿Cuál?
—Aquella… «la rara, la…».
—¡Ah! «El ángel de la muerte».
—Sí, esa.
—«La rara, la…» —empieza a cantar Mónica.
—»…rara…»
—»…llegó por la mañana…»
—»…el ángel de la muerte…» —cantan todos juntos.
—Sí, es muy bonita…
En aquel momento, en Bilbao, en un local en el centro de la ciudad,
un grupo de chicos está ensayando. Son los participantes más
jóvenes del BilboGazteRock.
—Laura —dice el chico de la guitarra—, ahora vamos a ensayar
«El ángel de la muerte…».
—¡Vale!
—Vale chicos, ¿preparados? Y un poco más de ritmo, ¿de
acuerdo? Un, dos, tres, y… «La rara, la rara… llegó por la mañana,
el ángel de la muerte, la espada destrozada, vacía su mirada…
Uuuhhh, uuuuh… el ángel de la muerte…»
El tren continúa su recorrido pasando por poblaciones sin pararse.
Una mujer mayor sentada junto a la ventana, al otro lado del
pasillo, hace rato que observa a los chicos con atención, con una
mirada penetrante. Viste una chaqueta vieja y una falda pasada de
moda. Finalmente se inclina hacia ellos.
—¡Eh, chicos!… —dice.
Los chicos la miran.
—Tenéis que andar con cuidado… —la mujer levanta el dedo
índice de la mano derecha hacia arriba— ¡Cuidado!

3-pasado de moda: que no es actual.
4-andar con cuidado: frase hecha. Se usa para advertir de un peligro a amenaza.
5-dedo índice: segundo dedo de la mano después del pulgar.

—¿Cuidado? —pregunta Mónica— ¿Por qué?
—Lucky Arroba, ¿sabéis? Algo va a pasar…
—¿Y qué va a pasar?
—Algo terrible.
¡Abuela! ¿No ve que está asustando a los chicos…? —interviene
un hombre gordo y un poco calvo que lleva bigote.
—¡Yo sé lo que digo! —grita la mujer enfadada.
—¡Qué mujer! —exclama el hombre, levantando los brazos.
—¿Y cómo lo sabe? —pregunta Guillermo, interesado.
—Chico… —dice la mujer poniéndose seria— …yo hablo con
Dios.
—¡Esta mujer se ha escapado de un psiquiátrico! —exclama el
hombre divertido.
—Y esa mujer, ¿cómo sabe que vamos al Bilbo? —pregunta
Mónica— No hemos hablado del festival.
—Sí, es verdad, solo hemos hablado de Laura…
Mónica es una chica morena, ni alta ni baja. Tiene los ojos
negros y lleva una pequeña flor tatuada en la espalda. Mira a la
mujer en silencio. La mujer ahora está callada y parece dormir.
—Perdonad, chicos, he oído que vais al BilboGazteRock —dice
el hombre gordo del bigote.
—Sí, Lucky Arroba actúa…
—¿Cuándo?
—Mañana por la noche. Cierra el festival —contesta Martín
entusiasmado. Luego levanta el brazo y separando los dedos en
forma de «V» grita: —¡Lucky!, ¡Lucky!
Sus amigos ríen. Martín es delgado y atlético y mientras habla
mueve su pelo castaño de un lado a otro.
—Es la estrella, claro… —dice el hombre.
—Además, tenemos una amiga que canta en el festival —añade
Sergio con orgullo.
—¿Dónde estamos ahora?

6-abuela: (en el texto) persona anciana, vieja.
El tren ha entrado en una ciudad y ahora se ha parado en la
estación.

—Esto es Zaragoza…. ¿qué hora es?
—Son las diez y media…
—Bueno, dentro de cinco horas estaremos en Bilbao.
El tren atraviesa el paisaje montañoso de Navarra.
—Tengo hambre —dice Guillermo sacando el bocadillo de su
mochila.
Sus amigos ríen.
—¡Bueno!, ¿qué pasa? —protesta el chico.
Guillermo siempre tiene hambre.
—Yo también me he traído un bocadillo —confiesa Mónica.
—Y yo también…
—Bueno, vamos a ver, llegamos a Bilbao a las dos y cuarto
—Mónica está calculando.
—Más o menos.
—Primero tenemos que ir al albergue y dejar nuestras cosas.
—Sí, y yo tengo que telefonear a mis padres —dice Guillermo
con resignación.
—Luego podemos ir a comer.
—Y por la tarde vamos a los ensayos de Laura.
—¿Dónde ensaya?
—En un local en el centro, en el Casco Viejo.
—¿Qué buscas?
—El plano de Bilbao.
—¡Eh! ¡Mirad!
—Esto es Bilbao, ¿no?
—Sí, estamos llegando…

7-albergue: local de alojamiento que usan normalmente jóvenes y estudiantes.
8-Casco Viejo: barrio antiguo de Bilbao, centro histórico de la ciudad. Está
situado a la derecha de la Ría.

 

Capítulo 3

Bilbao es una ciudad de un millón de habitantes, atravesada por
la Ría.
Después de dejar sus cosas en el albergue, los chicos buscan
un lugar para comer. Cuando salen, pasean por las calles de la
ciudad.
—¡Mira! —dice Guillermo.
—¡Ah sí! Es Lucky Arroba.
Los chicos están en una calle amplia, en el ensanche de la ciudad.
El cartel de Lucky Arroba está en las paredes de las calles de
Bilbao.
—Sí, yo he visto otros carteles.
—Y allí hay uno del BilboGazteRock…
—¿Qué grupos actúan?
—Vamos a ver: Enemigos ocultos, Barbacoa, Lluvia ácida…
—¡Ah, mira! —interrumpe Martín— Aquí está el grupo de
Laura…
—Sí, Los Ectoplasmas… A ver, ¿qué más…? Muerte dulce,
Urbano-2, Malo, Sin identificar, Pies de barro…
—Y actúan también Dory Fuertes y su troupe.
—Estos hacen teatro de calle, ¿verdad?
—Sí.
Los chicos continúan andando.
—¿Dónde estamos? —pregunta Guillermo.
—Ahora estamos en Indautxu, ¿no? —apunta Martín.
—Sí, es la zona del ensanche —responde Mónica.
—¿Vamos al centro?
—A ver… —Martín saca el plano— Nosotros estamos aquí,
en la plaza de Moyúa. Tenemos que seguir recto por la Gran Vía y
atravesar la Ría.
Hace un día gris en Bilbao. Está nublado y la ciudad tiene un aire
melancólico. Los coches circulan lentamente por las calles.
El local donde ensayan Los Ectoplasmas está en el Casco Viejo. Se
entra por una calle estrecha cerca de la catedral de Santiago. Para llegar
al local hay que cruzar un pequeño patio interior y subir unas escaleras.
No es muy grande. Laura está hablando con sus compañeros.
—Nosotros tocamos media hora antes que Lucky, a las diez y
media de la noche aproximadamente. Vamos a tocar cinco canciones.
Empezaremos con «El ángel de la muerte» y acabaremos con
«Lucía va de compras».
Los Ectoplasmas son dos chicos y tres chicas. Una de las chicas,
Rosario, parece muy simpática. Es muy morena y viste siempre de color
negro y rojo. Es la batería de la banda. La otra, María, es una chica alta y
delgada, y toca el saxo. Uno de los chicos, Chema, toca la guitarra, igual
que Laura. Laura, además de tocar la guitarra, es la cantante del grupo. Y
el otro chico, Oriol que lleva el pelo tipo «rasta», toca el violín.
—Vamos a tocarlas todas por orden —dice Laura—. Rosario,
recuerda: el ritmo del «Ángel», más rápido. Y María y Oriol, ojo con
las voces cuando entra el violín, ¿eh?
—Empezamos ya —dice Chema haciendo sonar la guitarra—.
¿Estáis preparados? Un, dos, tres, y… «Larara, la rara llegó por la
mañana… uuuhhh, el ángel de la muerte.»
—¡Qué chulo! dice Guillermo mirando la Ría.
—La Ría está baja de agua, ¿no? —comenta Martín.

1-Chema: diminutivo de José María.
2-Oriol: nombre de chico de origen catalán.
3-Ría: ensanchamiento navegable de un río en su parte próxima al mar. La que
pasa por Bilbao es la del río Nervón. En la zona todos la conocen por «la Ría».

—Es por las mareas. El nivel del agua sube y baja —dice
Sergio—. Es por la influencia de la Luna y el Sol en el océano.
—Es que está muy cerca del mar —explica Mónica.
—Me gustan las ciudades que tienen un río… —dice Guillermo
mirando el agua.
—Bueno, estamos en el puente del Arenal —dice Martín mirando
el plano. Tenemos que cruzar el puente para llegar a la catedral.
—Sí, además el local donde ensaya Laura está muy cerca de la
catedral.
Después de atravesar el puente, los chicos llegan al Casco
Viejo.
—¡Eh! ¡Está lloviendo…!
Los chicos sacan sus paraguas.
—Y aquí cerca, a la derecha, está la catedral.
—Es fantástica.
La gente pasa caminando debajo de la lluvia, con sus chubasqueros
y sus paraguas.
—¿Y estas calles…? —los chicos chocan con sus paraguas
cuando se acercan para hablar.
—Sí… Hay muchos bares.
—Es una zona de chiquiteo —explica Sergio.
—¿Y el teatro Arriaga dónde está? —pregunta Guillermo.
—¿Para qué quieres saber dónde está el teatro Arriaga? —pregunta
Mónica.
—Para nada, para nada… —Guillermo no quiere decir nada de
sus planes a sus amigos.
—Mira, cerca de aquí está El Dorado.
—Sí. La antigua sala de baile donde se celebra el Bilbo.
—Sí, todo está en el barrio antiguo.
—¡Todo menos el albergue…!
—¡Mira!, aquí es donde ensaya Laura…

4-chiquiteo (típico de la zona): ir a tomar chiquitos (vasos pequeños de vino) ozuritos (vasos pequeños de cerveza) a distintos bares.

 

Capítulo 4

El local donde ensayan Los Ectoplasmas es un local amplio y un poco oscuro. Cuando los chicos llegan, el grupo está tocando una canción:
«…cuando mamá compró su batidora, papá dormía en un rincón…, ho,
ho, ho,… yo le cortaba las uñas, a un gato dormilón… uh, uh, uh…».
Los chicos se sientan en unas sillas y esperan a que terminen el
tema siguiendo el ritmo con los pies. Miran a su amiga Laura. Laura
es una chica alta y delgada que lleva el pelo rubio recogido en una
coleta. Canta con pasión. Hoy va vestida de negro y parece más alta
y delgada. Un poco después, Chema para la música.
—Va mejor —dice—. Ahora el ritmo va mejor. Pero…
—¡Hola! —dice Laura saludando a los chicos.
—…ese violín, Oriol. ¡Hola, Sergio! —Chema ve primero a Sergio—
¡Ah!, ¡hola a todos! Continuamos. Recordad: ritmo, ritmo…
Cuando terminan de ensayar, Laura va a saludar a sus amigos.
Se abrazan.
—…y nosotros actuaremos por la noche, hacia las diez y media
—les explica Laura.
—¿Estás nerviosa?
—La verdad es que sí. Llevamos dos días aquí encerrados en
este local ensayando a tope. Es que hay tantos grupos, además de
los que hacen teatro y danza…

1-a tope: al máximo.

—Sí, son doce horas de espectáculo.
—Y vendrán muchos chicos, de todas partes… Incluso vendrán
jóvenes de Francia.
—Y con Chema y los otros ¿qué tal os va? —pregunta Mónica.
—Bien. A Chema ya lo conocéis. Toca la guitarra.
Chema toca unas notas de su instrumento.
—Y esta es María. Toca el saxo.
Una chica alta y delgada, con el pelo rojo, levanta la mano para
saludarles.
—Soy Oriol —se presenta un chico que lleva «rastas».
—Oriol toca el violín.
—Y aquella chica del fondo es Rosario. Toca la batería…
Laura mira a sus amigos con los ojos brillantes.
—¡¡Y… —exclama finalmente— …hemos conocido a Lucky!!
—¿¿¡¡Sí!!??— exclama Mónica emocionada.
Las dos chicas se abrazan y empiezan a dar saltos, gritando.
Guillermo las mira con atención.
—¿Y cómo es? —pregunta.
—¿Has hablado con él?
—¿Cuándo lo habéis visto?
—Es un tipo muy simpático y normal —explica Laura—. Ha venido
a vernos al local donde ensayamos.
—¡¡¿No?!!
—¡¡Sí!!, ha llegado cuando estábamos tocando. Se ha acercado
a saludarnos y… ¡¡se ha quedado a escucharnos…!!
—¿De verdad?
—Sí —interviene Oriol— y Laura estaba tan nerviosa que al
cantar «El ángel de la muerte», en vez de decir «con la espada rota»,
ha dicho «con la espalda rota».
—¡Ja, ja, ja! —se ríen todos con él, Laura incluida.
Laura continúa explicando.

2-«rastas»: peinado con trenzas que viene del rastafari africano. Una trenza se
hace entretejiendo el cabello largo.

capitulo-4
—Hemos conocido a mucha gente, especialmente de los otros
conjuntos que también actuarán… ¡Hola, Lorenzo! —la chica saluda
a un joven de pelo largo que ha entrado en el local— Toca la guitarra
en Lluvia ácida, un grupo de Santander… —explica—. Y vosotros,
¿habéis visitado Bilbao?
—Sí, y hemos visto la Ría.
—El agua está bastante limpia, ¿no?
—Sí, ¡hasta hemos visto peces!
—¿Habéis ido al Guggenheim? —le pregunta Laura a Mónica.
—No, no sé si vamos a tener tiempo para verlo.
—Yo no he visto nada de Bilbao. Hemos pasado los dos días
encerrados en una habitación, ensayando…
—¿Ya tenéis las entradas? —pregunta Laura mientras salen del
local.
—Sí —contesta Mónica poniéndose el chubasquero al ver que
llueve—. ¿Tenéis hambre?
—Sí, ¡mucha! —responde Sergio.
—¿Qué hora es? —pregunta Martín.
—Son las diez y media.
—¡Qué tarde! Vamos a tomar algo…
—Yo no voy —dice Guillermo.
—¿¿No??
Guillermo se despide.
—No… Voy a dar una vuelta. Nos vemos luego, ¿vale?
—¡Qué extraño!, ¿no? —dice Laura.
—Sí, muy extraño…
—Quizás ha quedado con alguien.
—No creo.
—Además no conoce Bilbao —añade Mónica pensativa.
—Sí, es extraño…
—Bueno, Guillermo no es tonto —dice Martín—. Sabrá volver
solo al albergue.

Capítulo 5

A la mañana siguiente, cuando Martín baja al comedor del albergue,
Sergio y Mónica ya están terminando de desayunar.
—¿Habéis dormido bien? —pregunta.
—Muy bien. ¿Y tú?
—Bien, bien. ¿Y Guillermo? ¿No ha bajado todavía?
—Yo no lo he visto.
—Yo tampoco.
Martín saluda a un chico que ha entrado en el comedor. Empiezan
a hablar.
—¿Quién es? —le pregunta Mónica a Sergio.
—Un amigo suyo, de los que pintan graffitis.
—¡Ah! ¿Pasamos un momento a ver a Laura? —propone Sergio.
—¡Vale!
—¡Martín! Nosotros pasamos un momento a ver a Laura. ¿Nos
vemos en el Bilbo?
—De acuerdo. A ver si baja Guillermo y voy con él.
Cuando Sergio y Mónica llegan al local donde ensaya Laura, el
grupo está tocando. Los chicos entran y saludan a la chica y a sus
compañeros del conjunto.
—¿Cómo va todo? —pregunta Sergio, en una pausa del ensayo.
—Bien.
—¡Vamos a triunfar, muchachos! —dice Chema chocando la mano.
—¡Sentaos! —dice Laura— Vamos a ensayar toda la mañana.
—Vale. Nos quedaremos un rato.
El Dorado, la sala donde se celebra el BilboGazteRock, es una
antigua sala de baile, situada delante del Museo de Arqueología. Se
entra por unas escaleras exteriores que dan a una plaza del Casco
Viejo. En la entrada hay un gran cartel: BilboGazteRock. Otro cartel
en la pared del vestíbulo anuncia la actuación de Lucky Arroba, el
gigante del rock moderno.
Cuando Martín llega, hay algunos grupos de jóvenes fuera.
Martín saca su entrada y se la da a un joven que está en la entrada.
—¡Pasa! —le dice— ¡Y buen festival!
En aquel momento un grupo de rock está actuando. Todavía no
hay mucha gente.
Martín mira a un lado y a otro. La pista es grande y al fondo, está
el escenario. Martín recorre la sala buscando a sus amigos, pasando
entre el público que está de pie escuchando al grupo que actúa.
En un extremo de la sala hay una barra de bar donde se sirven
bebidas. Martín se acerca al escenario; un grupo de chicos y chicas
siguen la música del grupo que está actuando en este momento.
Martín busca a sus amigos pero no los ve.
Finalmente el chico vuelve a la esquina donde venden bebidas.
A la derecha, hay unas escaleras que llevan al anfiteatro, que es
circular y rodea la pista, con mesas para sentarse. Martín sube las
escaleras. Allí tampoco están sus amigos.
Cuando el grupo termina su canción, una mujer sale al escenario
para dar la bienvenida al público:
—¡Bienvenidas y bienvenidos al BilboGazteRock…!
—¡¡Biennnn!! —el público grita y aplaude. Algunos silban.
—…el festival para jóvenes de música, teatro y danza de Bilbao.
Durante doce horas seguidas podréis disfrutar de música y espectáculos…

1-la entrada: en viviendas, hoteles o locales, estancia próxima a la puerta principal.

 

Capítulo 6

Cuando Mónica y Sergio salen del local donde ensayan sus amigos,
está lloviendo. Los chicos se acercan al BilboGazteRock por
una calle estrecha.
—Está nerviosa, ¿eh? —dice Sergio.
—¿Quién? ¿Laura?
—Sí.
—Y emocionada…
Cuando llegan a El Dorado, Mónica saca sus entradas del bolso.
Ahora, el grupo de jóvenes en la puerta de El Dorado es más numeroso.
En aquel momento suena la música de un teléfono móvil.
—Es el mío —dice Mónica. La chica contesta.
—¿Mónica? —dice una voz de mujer al otro lado del teléfono—
Soy la mamá de Guillermo…
—¡Hola, señora Teresa!
—¿Qué tal el viaje? ¿Tenéis buen tiempo allí, en Bilbao?
—Ahora llueve un poco…
—¿Sí? Mira, no pasa nada, pero Guillermo no contesta al móvil.
¿Puedes decirle que me llame? O mejor, ¿está contigo?
—No, no está aquí. Está con Martín. Seguramente han entrado
ya…
—¡Ah, bueno! No es nada importante, pero dile que me llame,
¿vale?
Cuando Mónica cuelga, Sergio le pregunta:
—¿Son los padres de Guille?
—Sí, Guille no contesta al móvil…
—¡Ese Guille…!
Cuando finalmente entran en el local, hay bastante gente en la
sala, especialmente jóvenes, que siguen el ritmo de la música con
el cuerpo.
Mónica y Sergio buscan a sus amigos entre el público. Finalmente
Mónica dice:
—Mira, allí está Martín.
Martín está cerca del escenario escuchando la actuación de un
conjunto.
—Son los Urbano-2 —dice.
—¿Qué?
—Que son los Urbano-2.
—¿Y Guillermo? —pregunta Mónica.
—¿Qué? —con el sonido de la música apenas se puede oír.
—¿Y Guillermo? ¿Dónde está? —repite la chica gritando.
—No lo sé, todavía no lo he visto.
—Pero, ¿no ha dormido en el albergue?
—No lo sé, él duerme en otra habitación.
—Salgo un momento a fuera a llamarle. Con tanto ruido no
puedo oír nada.
Mónica marca el número de Guillermo. Mientras espera una respuesta,
la chica mira hacia la calle: mira a la gente que pasa bajo la
lluvia con sus paraguas, el cielo gris, las calles brillantes por el agua
de la lluvia y los edificios limpios… pero Guillermo no contesta.
Mónica le envía un mensaje de texto: «Ola Gui. stamos n el BGR.
t speramos»

1-«Hola Guillermo. Estamos en el BilboGazteRock. Te esperamos.»

 

Capítulo 7

Las actuaciones en El Dorado se suceden. En el intermedio de
dos actuaciones musicales hay un espectáculo. Unas motos han
entrado en la sala y corren entre el público. Los jóvenes tienen que
apartarse y correr de un lado a otro de la sala. A los pocos minutos,
Mónica no sabe dónde están sus amigos.
Un chico llega corriendo hasta donde está Mónica, que se ha
refugiado en un rincón de la sala.
—Es divertido, ¿eh? —le dice.
—Sí, me lo estoy pasando muy bien.
—¿De dónde eres?
—Soy de Barcelona, ¿y tú…?
—Yo soy…
Pero el ruido de las motos le impide oír la respuesta.
—¿Cómo dices?— grita Mónica.
—De… ¡cuidado, que vienen!
Una moto se dirige hacia ellos haciendo un ruido ensordecedor.
Mónica y el chico salen corriendo y se esconden entre el público
que también corre de un lado a otro de la sala.
A continuación, sale al escenario el grupo de música dance
Malo. Ahora la sala está bastante llena de público. En primera fila,
delante del escenario, están los jóvenes que quieren escuchar la
música de sus grupos favoritos, y que cantan con ellos y gritan.
Hacia la mitad de la sala, hay chicos bailando y al final, grupos de
chicos y chicas de pie que hablan y toman alguna bebida.
Poco después, Mónica encuentra a Martín en un rincón, siguiendo
la música con entusiasmo.
—¿Y Sergio? —pregunta.
—No lo sé. Estaba por aquí…
—Y Guille, ¿todavía no ha venido?
—No sé. Con tanta gente…
—Tengo hambre, ¿vamos a comer?
—Vale. Hay un bar cerca de aquí. Podemos tomar un bocadillo.
En aquel momento Sergio se acerca a ellos.
—¡Hola! —dice.
—¡Hola, Sergio! ¿Vamos a tomar un bocata?
—¿Por qué no esperamos un poco? Ahora va a actuar Lluvia
ácida.
—¡Ah, vale!
—Voy a enviarle un mensaje a Guille y quedamos con él —dice
Mónica, sacando su móvil del bolso. Escribe: «Vmos a tmar 1 bkata
n el bar dlante dl Bilbo. Kdamos allí?»
Cuando entran al bar, Mónica ve que tiene un mensaje. Es de
Guillermo: «N puedo kedar Ns vmos + tarde».
Martín y Sergio están mirando los bocatas que tienen.
—Yo voy a tomar un pincho de tortilla… —dice Martín. El móvil
de Mónica vuelve a sonar. Mónica contesta.
—¿Otra vez los padres de Guille? —pregunta Sergio.
—Sí. Guille se está pasando… —Mónica envía otro mensaje a
Guille: «Tus pdres stan preocupds ¿Dnde stas?»

1-bocata: bocadillo, en lenguaje oral y coloquial.
2-Vamos a tomar un bocata en el bar delante del Bilbo. ¿Quedamos allí?
3-No puedo quedar. Nos vemos más tarde.
4-se está pasando: estar + Gerundio de pasarse. Pasarse: exceder los límites.
5-Tus padres están preocupados. ¿Dónde estás?

 

Capítulo 8

Mientras sus amigos toman sus bocadillos, Guillermo está en una
habitación pequeña a oscuras. La puerta está cerrada con llave y no
puede salir. Todo está en silencio. El chico está muy asustado.
Se ha pasado toda la noche gritando y golpeando la puerta.
—¡Dejadme salir! ¡Quiero salir! ¡Abrid la puerta!
Pero nadie ha abierto la puerta. ¡Si por lo menos tuviera su móvil!
Pero Nico se lo ha quitado. Lo ha oído sonar algunas veces. Seguramente
eran sus padres, preocupados porque no les llama.
Ha dormido sobre un sofá viejo. Solo le han dejado una vela que
ya se ha consumido y una botella de agua…
Y además, el silencio. Guillermo tiene miedo al silencio. Piensa
en sus padres.
—¡Dejadme salir! —grita desesperado.
Y ahora, mientras sus amigos están en el bar, él está sentado
a oscuras, en una pequeña habitación. «¿Por qué me pasa a mí
esto?», se pregunta una y otra vez. «¿Por qué yo? ¡Esto no puede ser
verdad! ¡Y los otros ahí fuera, divirtiéndose en el BilboGazteRock!
¿¿Cómo he podido ser tan estúpido??»
No sabe cuánto tiempo lleva allí. ¿Quizás un día? ¿Es por la mañana,
por la tarde o por la noche? Además tiene hambre, mucha hambre…
Poco a poco una luz empieza a iluminar la habitación, que ahora
puede ver con claridad.
—¡Qué increíble! —exclama Guillermo.
En el centro de la habitación hay una mesa. Sobre la mesa hay
un plato enorme de espaguetis lleno de salsa de tomate y queso
parmesano. Guille come con avidez. De repente ve algo en el otro
extremo de la mesa: ¡Hay un pollo asado que lo está mirando fijamente!
Guillermo lo saluda:
—¡Hola, señor pollo!
—¡Hola! —contesta el pollo, moviendo un poco sus alas sin
plumas. El pollo empieza a murmurar palabras que Guillermo no
entiende. Parece que se está quejando.
El chico le arranca una pata y empieza a comérsela. El pollo
continúa hablando, murmurando palabras sin sentido. La pata está
buenísima, pero el pollo habla, y habla, y habla…
—Cuando lleguen todos —dice— les explico el plan, ¿entiendes?
—Vale, Nico.
De repente Guillermo abre los ojos. La habitación está a oscuras.
¡Se ha quedado dormido! Solo ha sido un sueño…
Guillermo ve un poco de luz por debajo de la puerta. En la habitación
de enfrente alguien está hablando.
—Dentro de poco estaremos todos —dice una voz aguda—.
Vamos a explicarles el plan…
—Y con el chico, ¿qué vamos a hacer?
—¿El chico…? ¡Ah, el chico…!, ¡ja, ja, ja! De momento, nada.
Nadie lo va a encontrar aquí, ¿entiendes?
—Pero lo buscarán sus amigos, Nico.
—Les he enviado un mensaje de texto con su móvil, ¿entiendes?
Ja, ja, ja… De momento no lo buscarán…
—Sí, pero…

1-pollo asado: pollo cocinado al horno o directamente a las brasas o al fuego.
2-arrancar: sacar, extraer.

—Por culpa de tu mensaje en Internet, Francisco José, el chico
está aquí.
El mensaje estaba cifrado, Nico…
—¿Y qué?
—Era solo para los nuestros.
—En Internet, «¿solo para los nuestros?» —Nico está furioso.
—Pensé que solo nosotros podíamos entenderlo…
—¡Por favor, Francisco José!
—Bueno, ¿qué pasa? Seguro que el chico es muy bueno con la
informática…
Después de un momento de silencio, Guillermo vuelve a oír las
voces.
—Nico, el plan es muy bueno…
—Sí…
—¡Estoy orgulloso…! Secuestramos a nuestro ídolo, le hacemos
firmar unas camisetas…
—…que serán objeto de culto, ¿entiendes?
—Y valdrán mucho dinero…
—Y no podrá actuar esta noche. Esto saldrá en todos los periódicos…
—Sí: «Los fans ultras secuestran a su ídolo.»
—Y podremos escribir un libro: Yo secuestré a Lucky Arroba.
Poco a poco las voces se van alejando, hasta desaparecer.
Seguramente Guillermo se ha quedado dormido. En sueños le
parece oír más voces:
—He traído unas pizzas…
—Está bien. Déjalas aquí.
Guillermo abre los ojos. Después de un momento de silencio, el
chico oye la voz aguda de antes que empieza a hablar:

3-mensaje cifrado: mensaje que necesita de una clave para ser comprensible.
4-furioso: muy enfadado.
5-objeto de culto: objeto de estimación extraordinaria, de veneración.
6-fans ultras: fans extremistas, radicales.

—Esto es el plano de El Dorado, ¿entiendes? Aquí está el escenario,
donde actúan los músicos, delante de la pista de baile. Hay
un bar en una esquina, los servicios están aquí, ¿entiendes? Esto
es el escenario, la pista de baile, etc. Ya sabéis que además hay un
anfiteatro con mesas y sillas.
—Sí, y unas puertecitas que comunican la sala con el escenario.
—Sí, y las puertecitas. Lo importante para nosotros está detrás
del escenario: al fondo hay una cortina.
—¿Una cortina?
—Sí, una cortina negra. Detrás se guardan cosas, ¿entiendes?,
Muebles, instrumentos de música y cajas de bebidas… A la derecha,
en el primer piso están los camerinos de los artistas. Y aquí,
a la izquierda del escenario, está el camerino de la estrella, o sea,
de Lucky Arroba. Es un camerino grande, muy cómodo ¿entiendes?
Lejos de los otros artistas.
—¡Mmuuu!
—Bien, y esto es lo más importante. Es un secreto que nadie
conoce: hay un pasadizo secreto que va desde donde estamos
nosotros, o sea, El monstruo del rock, hasta una pequeña habitación
al lado del camerino de Lucky, ¿entiendes?
—¡¿De verdad?!
—¡Qué bueno!
—Como sabéis, Lucky tiene guardaespaldas delante de su
puerta. La idea es que vamos a pasar por el pasadizo secreto hasta
la habitación de al lado del camerino de Lucky y entonces, tú, Luís
Alberto y tú, Julio, tenéis que distraer a los guardaespaldas mientras
nosotros entramos en el camerino, ¿entiendes?
—Sí, bueno, les podemos decir que somos de la organización y
que hemos visto un hombre con una pistola en los lavabos…
—Por ejemplo.

7-puertecita: diminutivo de puerta.

—Luego los demás entramos en el camerino, hablamos con él
tranquilamente. Por ejemplo, le preguntamos cómo está.
—… o le decimos que nos gustan sus canciones…
—…por ejemplo…
—…y le tiramos de ese spray para dormirlo, ¿entiendes? y entre
los cuatro lo traemos aquí…
—¿Y qué hacemos Luís Alberto y yo? —pregunta Julio.
—Vosotros, después de cumplir vuestra misión, salís a la pista
de baile por la puertecita, ¿entiendes? Y salís por la puerta principal
a la calle y volvéis aquí… ¿entiendes? ¿Alguna pregunta?
—No…
—Sí. Luís Alberto ha traído unas pizzas, ¿podemos empezar a…?
Bueno, no, ninguna pregunta.
—¿Sacamos las cervezas?
—¡¡Bien!! —gritan los chicos.
—Yo quiero una coca-cola…
—No hay coca-cola…
—¿No?
—¿Ponemos el «Retroceder» de Lucky? —pregunta uno de los
chicos.
—¡Vale! —gritan los chicos entusiasmados— Y podemos cantarla
mientras esperamos.
—¡Pásame una birra!
«…Como los cangrejos en la arena», gritan los chicos cantando
a coro, «retroceder, retroceder…».
«¡Dios mío!», exclama Guillermo horrorizado y llevándose las
manos a la cabeza, «¡Qué mal cantan!», y empieza a reír histéricamente,
allí, solo, en la oscuridad de su habitación.

8-birra: palabra italiana que significa «cerveza» y se usa mucho en lenguaje
coloquial.
9-cantar a coro: cantar todos juntos al mismo tiempo.

 

Capítulo 9

El camerino donde Laura y su grupo se cambian de ropa y se
maquillan es un camerino grande, que comparten con otros grupos
que actúan en el festival. Está en el piso de arriba. Allí se oye poco
el ruido de las actuaciones en la sala. Los chicos están nerviosos.
—¿Qué hora es? —pregunta Laura.
—Es pronto. Tenemos tiempo.
—Voy a buscar algo para comer —dice Chema.
—Trae botellas de agua mineral, por favor.
Chema baja a la misma planta del escenario y por una puertecita
entra en la sala. Mientras pasa como puede por entre el público,
encuentra a Sergio y a sus amigos. Chocan las manos y escuchan un
rato al grupo que está actuando. Finalmente salen a la calle y cruzan la
plaza hasta el bar. Hablan un poco mientras Chema toma un bocadillo.
—Siempre tengo hambre antes de actuar —dice.
Cuando Sergio vuelve, Martín está bebiendo una cerveza con su
amigo de los graffitis.
«Tengo que salir de aquí…», piensa Guillermo. Ya se ha acostumbrado
un poco a moverse en la oscuridad y resigue con la mano
la pared hasta llegar a la puerta. Pasa los dedos por la puerta hasta
llegar al pomo. Lo mueve arriba y abajo, pero la puerta no se abre.
Es una puerta vieja y está cerrada con llave. Guillermo estira el
pomo con fuerza hacia delante y atrás, pero la puerta no cede.
—¡Ay, mamá! —exclama Guillermo. Luego pasa los dedos por la
cerradura. Es una cerradura antigua, sujetada por tornillos y…
«¿Y si…?», de repente Guillermo tiene una idea. Empieza a buscar
en sus bolsillos. Tiene varias monedas. Las de un euro y dos
euros son demasiado gruesas y no caben en la ranura del tornillo.
Finalmente lo prueba con una de cinco céntimos. La moneda cabe.
Empieza a girarla, con cuidado pero con fuerza. ¡Y el tornillo empieza
a moverse!
Poco a poco, consigue desenroscar el primer tornillo. Ahora solo
le quedan tres.
De repente vuelve a oír voces. Los chicos están llegando a la
habitación de al lado. Guillermo continúa desenroscando el segundo
tornillo intentando no hacer ruido. De repente se para. Le parece
oír un ruido: es su teléfono móvil, que está sonando. Sus padres
deben de estar muy preocupados. «¡Pobres papás..!», piensa.
Luego continúa desenroscando.
El ambiente en el BilboGazteRock está en su mejor momento. La
sala está llena de jóvenes que cantan y bailan con sus conjuntos
preferidos. Martín está sentado en el suelo, en un rincón de la sala.
Ha bebido demasiada cerveza y está mareado. Sus amigos están a
su lado.
—Dentro de poco actúa Laura —dice Mónica—. Voy a llamar a
Guillermo. No lo habéis visto, ¿verdad?
—No. Creo que el amigo de Martín lo ha visto, pero no está seguro.
—Martín, ¿vienes afuera? El aire fresco te irá bien.
Cuando salen de El Dorado, Martín se sienta en las escaleras.
Ahora no llueve. El chico continúa mareado.
Mónica llama por su móvil a Guillermo, pero el chico no contesta.
Mónica está enfadada. Muy enfadada con Guillermo. ¿Qué está
haciendo? ¿Por qué no les dice nada? Solo ha dejado un mensaje de
texto en el móvil. Un mensaje tan corto que no parece suyo…

1-cerradura: mecanismo con llave que sirve para cerrar una puerta.

La gente pasa por su lado, algunos andan deprisa, un hombre
mayor pasea a su perro, algunas personas hablan entre sí, hay
niños que juegan y jóvenes que entran y salen del BilboGazteRock.
Incluso pasa una mujer hablando sola. Una mujer mayor que viste
una ropa vieja y… ¡Es la mujer del tren!, la mujer loca: «Tenéis que
andar con cuidado»… Mónica recuerda las palabras de la mujer en
el tren. Y… ¿no miraba a Guillermo?
De repente Mónica lo ve claro: ¡A Guillermo le pasa algo! La
chica empieza a pensar: ¿Por qué se fue del ensayo? ¿Por qué tenía
interés en saber dónde estaba el teatro Arriaga? ¿Por qué tanto
misterio? Y el mensaje del móvil… ¡Qué extraño!
Mónica empieza a pensar. De repente un nombre le viene a la
cabeza: El monstruo del rock. Sí, El Monstruo de Rock. Recuerda
la pregunta de Guillermo: «Mónica, ¿hay un lugar en Bilbao que se
llama El monstruo del rock?»
Un hombre de pelo canoso se acerca por la calle. Mónica se
dirige a él.
—Perdone ¿conoce un lugar que se llama El monstruo del rock?
—Pues no… Es que no soy de aquí.
Una mujer se acerca.
—¿El monstruo del rock? Me suena este nombre. ¿Es una tienda…?
—No, era un bar… —un hombre de unos cuarenta años se
acerca— Ahora está cerrado.
—¿Y dónde está?
—Está muy cerca, en la calle de El Dorado.
—¿Cerca del teatro Arriaga?
—Pues sí…
—Muchas gracias —la chica ha tomado una decisión. Va a ir a
El monstruo del rock.
A sus espaldas Martín está devolviendo en una papelera de la
calle.

2-devolver: vomitar.

 

Capítulo 10

El último tornillo no sale. Guillermo está cada vez más impaciente.
¡El tornillo no quiere salir! Finalmente coge el pomo de la puerta
y empieza a moverlo. De repente se oye el ruido de algo metálico
que cae al suelo. ¡Y la puerta se abre!
Cuando Mónica llega a El monstruo del rock, ve la vieja puerta
cerrada. El local parece estar abandonado. Mónica empuja la puerta.
Esta se abre lentamente. El interior está a oscuras. Solo unas velas
iluminan tenuemente una habitación grande que antes había sido un
bar. A la derecha, hay una puerta medio abierta por donde se ve un
poco de luz. Mónica se acerca y la empuja. La puerta da a un pequeño
pasillo. A la izquierda hay una habitación que está más iluminada.
Mónica se decide a entrar. De repente, una mano le tapa la boca:
—¡No grites! —dice una voz junto a su oreja.
—¡Mmuuu! ¡Mmuuu! —gime la chica intentando soltarse.
—No grites, soy yo, Guille.
—¡Guille! ¡Qué susto me has dado!
—Iba a salir cuando he visto que alguien abría la puerta y me he
escondido. Eras tú.
—¿Qué pasa, Guille?
—Rápido, Mónica, tenemos que irnos de aquí. Es muy peligroso
¡Mira! —de repente el chico ve algo sobre la mesa— ¡Aquí está mi
móvil!
—Y todo esto, ¿qué es? —pregunta Mónica mirando la habitación
con curiosidad. Las paredes de la habitación están llenas de
pósters y fotos de Lucky Arroba.
—Quieren secuestrar a Lucky Arroba —dice Guillermo.
—¡A Lucky! —Mónica recuerda las palabras de la mujer en el
tren.
—Sí.
—¿Quiénes? —pregunta la chica.
En aquel momento se oye ruido de pasos que se acercan
corriendo y poco después se oyen unas voces.
—Rápido —dice Guille cogiendo a la chica del brazo, y empujándola
fuera de la habitación. Las voces están ya allí mismo. Guille
empuja a Mónica a la habitación oscura y cierra la puerta.
Las voces ya están en el pasillo.
—¡Qué desastre, qué desastre, Francisco José! —oyen una voz
aguda que grita.
—¡No podía haber salido peor!
—¿Y los otros?
—¿Los otros?
—Sí, Luis Alberto, Julio, José Mari, Mariano.
—Yo he visto a un guardaespaldas que cogía a José Mari.
—Y otro apuntaba a Luis Alberto y a Julio con su pistola…
—¿Y Mariano?
—No lo sé…
Desde la habitación oscura, Guille y Mónica escuchan atentamente.
Están asustados. No se atreven ni a respirar. De repente una
música empieza a sonar…
—¿Qué es esto? —pregunta una voz en la habitación de enfrente.
—¡El móvil! —Guillermo lo apaga. Por suerte lo llevaba en la
mano. A Mónica se le han puesto los pelos de punta…

1-ponérsele a alguien los pelos de punta: sensación de miedo, de terror.

—¿El qué? —pregunta la voz aguda.
—Me ha parecido oír…
—Bueno, nada… Solo que estamos un poco nerviosos, ¿entiendes?
—¡Qué mierda, Nico! Hemos fracasado…
—¿Fracasado? No, muchacho, no. Ellos no conocen el pasadizo
que comunica con El monstruo del rock.
—Ahora solo quedamos tú y yo, Nico. No podremos secuestrarlo.
—Es que no lo vamos a secuestrar. ¡Cambio de planes!
—¿Qué vamos a hacer, pues?
—Lo vamos a matar, Francisco José.
—¡A matar! Tú estás loco…
—¿Loco? No, Francisco José, no. Voy a tener mis quince minutos
de gloria. Pasaré a formar parte de la historia, la historia de
Lucky…
—Pero nos van a meter en la cárcel.
—¿Olvidas que somos menores de edad?
—Mira, Nico. Tú no estás bien. No te lo voy a permitir. Si…
De repente el chico se calla. Hay un momento de silencio intenso.
—¿De dónde has sacado esto? —pregunta finalmente Francisco
José— ¿Qué vas a hacer, Nico? Con esto no se juega. ¡Para!
«¡¡Pummm, Pummm!!», suenan dos disparos secos que resuenan
en la habitación.
—¡Aghhh…!
Mónica se lleva la mano a la boca para no gritar.
Después de unos momentos de silencio se oye el ruido de un
cuerpo que cae al suelo.
—¡Ay, mamá! —dice Guille en voz baja. Está tan asustado que
le tiemblan las piernas.
Después, vuelve otra vez el silencio…

2-menor de edad: en España se considera que hasta los dieciocho años se es
menor de edad. Los menores no tienen ni los mismos derechos ni las mismas
obligaciones ante la ley que los adultos. En este caso, se refiere a que no se
puede poner en la cárcel a un menor de edad.

Guille y Mónica se cogen de la mano muy fuerte.
Poco después, oyen unos pasos que salen de la habitación y el
ruido de una puerta que se abre y después se cierra. Se oye el ruido
del agua que corre.
—Está en el lavabo. ¡Rápido! Tenemos que salir de aquí.
Mónica y Guille salen después. En el suelo de la habitación de
enfrente hay el cuerpo sin vida de un chico. Su camisa está roja de
sangre. Guillermo mira al chico con horror. Luego levanta la cabeza
y ve una pistola encima de la mesa. Guillermo pasa por encima del
cuerpo y se acerca a la mesa.
Cuando vuelve a la puerta, Mónica está delante del cadáver del
chico. Está paralizada. El muerto tiene los ojos abiertos y parece
que la está mirando…
De la habitación de al lado se oye el ruido de alguien que ha
tirado de la cadena del váter…
Guillermo coge a la chica por el brazo.
—Salgamos de aquí, ¡de prisa! Tenemos que avisar a la policía.

Capítulo 11

Cuando Los Ectoplasmas salen al escenario, la sala está llena de
jóvenes entusiasmados, con ganas de disfrutar de la música.
La chica va vestida con unos tejanos muy estrechos y una camiseta
corta de color rosa que deja ver su piercing en el ombligo. Sus
compañeros se dirigen a sus sitios. Laura coge el micrófono:
—¡Buenas noches a todos! ¡Gabon!
El público grita y aplaude.
Sergio y Martín están en primera fila, aplaudiendo también.
—Martín, ¿te encuentras mejor? —le pregunta Sergio a su amigo.
—Sí, mejor, pero me duele un poco la cabeza.
—Es que has bebido demasiada cerveza… Y Mónica, ¿dónde
está?
—No lo sé. Cuando he vuelto no estaba en la calle.
—Y Guillermo, ¿sigue sin aparecer?
—No lo he visto en todo el día.
—Es extraño, ¿eh? ¿qué estará haciendo? Se va a perder lo
mejor del festival…
En aquel momento empiezan a sonar los primeros compases de
«El ángel de la muerte». Sergio y Martín aplauden entusiasmados…
Laura en el escenario se transfigura: parece otra persona, llena de

1-gabon: buenas noches en vasco.

magnetismo. Lleva el pelo suelto y cuando baila le tapa la cara. El
público aplaude sus canciones. Algunos bailan y otros acompañan las
canciones… «Uhhh, uhhh, Lucía salió a comprar….uhhh, uhhh…»
—Compró rosas blancas… —corea el público.
Cuando termina su actuación, el público aplaude con fuerza.
Laura se despide del público…
—¡Agur! ¡Nos vemos…! —grita feliz.
Mientras unos trabajadores preparan el escenario para la actuación
de Lucky, el público empieza a cantar sus canciones que se
sabe de memoria.
—Ha estado muy bien la actuación de Laura —le dice Martín a
Sergio, con una sonrisa en la boca.
—Sí, les ha salido muy bien.
—¡Laura ha estado genial!
—Parecía otra persona…
—Bajará para ver la actuación de Lucky, ¿verdad?
—Sí, después de ducharse y cambiarse.
De repente el público empieza a gritar y a silbar. El grupo de
Lucky Arroba está saliendo al escenario. Los músicos empiezan a
tocar, pero Lucky todavía no ha salido.
Cuando finalmente Lucky sale al escenario, los gritos son ensordecedores.
Lleva unos pantalones caquis llenos de bolsillos y una
camiseta negra ajustada con el dibujo de la cabeza de un dragón.
Lucky se acerca al micrófono y empieza a cantar retrocediendo
en el escenario: «Retroceder, retroceder… como los cangrejos en
la arena…»
De repente alguien aparece en el escenario. Es un chico joven,
de pelo corto y cara pálida que entra y se dirige decidido hacia
donde está Lucky, que no lo ve…, «…como las agujas de un reloj
estropeado…», está cantando Lucky en este momento. ¡El chico
lleva una pistola en la mano!

2-agur: adiós en idioma vasco.
3-retroceder: marchar hacia atrás.

Cuando llega a tres metros de Lucky, el chico levanta el brazo y
le apunta con la pistola. Una parte del público se pone a gritar. El
chico dispara varias veces. Los músicos han dejado de tocar sus
instrumentos y en la sala se ha hecho un silencio sepulcral. Lucky
se ha vuelto hacia el chico y lo mira en silencio. El chico parece
sorprendido. Vuelve a disparar, pero no sale ningún sonido de la pistola.
De repente, unos hombres y un policía entran en el escenario
corriendo y lo cogen. Se lo llevan mientras grita histéricamente. El
público aplaude y ríe.
—Esta actuación ha sido muy buena —dice Martín entusiasmado.
—Sí, toda una sorpresa. No estaba en el programa, ¿verdad?
A un lado del escenario, donde el público no puede verlo, unos
policías sujetan a Nico, que se resiste. Mónica y Guillermo se miran
y sonríen. Un policía se acerca a ellos.
—Gracias, muchachos —les dice—, pero es extraño… —continúa—,
dijisteis que quería matar a Lucky, pero la pistola no estaba
cargada.
Guillermo sonríe. Se mete la mano en el bolsillo y saca algo. Abre
las manos. Son las balas de la pistola.
—Las saqué de la pistola mientras mirabas el cadáver de aquel
chico —le dice a Mónica.
—¡Ay, Guille! —exclama Mónica. Mónica está cada vez más
sorprendida con su amigo.
—Mmmm… —el policía coge las balas. Parece enfadado—
Chico… —empieza— la próxima vez que… Bueno —dice finalmente—,
no pasa nada. Todo ha terminado bien.
Los policías se llevan a Nico por la puerta de atrás.
—Bueno —dice Lucky mirando al público—, todavía no ha llegado
mi hora…
El público ríe. La actuación continúa entre el entusiasmo del
público.

4-llegar la hora a uno: llegar el momento de morir.

Cuando Laura baja a ver la actuación de Lucky, ve a Guillermo y
a Mónica detrás del escenario despidiéndose de un hombre.
—¿Qué hacéis aquí? —les pregunta.
—Luego te lo explicamos. ¿Vamos a ver el concierto?
—¡Vale!
—Han secuestrado a Guille —explica Mónica.
—¡¿Qué dices?!
—Querían matar a Lucky —explica Guille.
—Hemos visto a un chico muerto.
—¡Asesinado!
—¡¿De verdad?!
Sergio y Martín están disfrutando del concierto. Corean junto
con el resto del público sus canciones favoritas. De repente, Sergio
ve a Guille que sale por una puertecita en un extremo del escenario
y levanta los brazos, moviendo las manos de un lado a otro. Detrás
van las dos chicas hablando. Guillermo ve a sus amigos y se acerca
a ellos abriéndose paso como puede entre un público entregado.
Finalmente, cuando consigue llegar, Martín exclama:
—Guille, tío, ¿dónde estabas…? Te hemos estado buscando…
—¡No sabes lo que te has perdido! —añade Sergio.

5-tío: en lenguaje coloquial, hombre, chico.

 

 

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